El pulmón verde de Girona
Anna Vallbona y Joan Font hace 25 años que cultivan un huerto en Santa Eugènia, en Girona. Ambos habían trabajado en la antigua fábrica textil Can Marfà y la empresa les ofreció en este espacio un trozo de terreno para que lo convirtieran en su huerto particular y en su refugio de todas las tardes. «Esto nos da vida, no sabríamos pasar el día en un local de jubilados», dice Vallbona.

Ambos forman parte de los cerca de 300 hortelanos afectados por el Plan Especial de las Hortes de Santa Eugènia, que impulsa el Ayuntamiento de Girona. El documento, que fue aprobado en un pleno celebrado en abril, protege y ordena las 41 hectáreas que integran este espacio agrícola, único en la ciudad por sus dimensiones y características.
Es el pulmón verde de Girona, conjuntamente con la Devesa.
Lo comparten cada día hortelanos, peatones y deportistas. Hay 55 propietarios y 80 fincas, divididas de forma irregular en pequeñas piezas de cultivo, la mayoría de alquiler, que a vista de pájaro forman un gran mosaico que se extiende entre el río Ter y el barrio de Santa Eugènia. Una acequia separa estos terrenos del término municipal de Salt, donde también hay una gran extensión de huertos. «Es fundamental recordar que este plan protege todas las huertas y evita que se conviertan en un espacio urbanizable», remarca el edil de Medio Ambiente de Girona, Ponç Feliu. Sin embargo, el plan ha reservado un espacio de 8,7 hectáreas para el Parador del Güell, situado entre el colegio de los Maristas y la entrada al carril bici que va a Olot, donde los promotores podrán edificar equipamientos privados.
Sin expropiaciones
El plan divide la zona en tres partes. Al norte, al lado del río Ter, el ayuntamiento quiere crear un parque fluvial y de humedales; en el centro se mantendrá el parque agrícola con las huertas; y cerca del barrio de Santa Eugènia, al lado de la Sèquia Monar, se creará un parque aprovechando los huertos que se abandonen. Ponç Feliu lanza un mensaje claro a los que temen perder sus tierras: «A medida que se vayan abandonando los huertos, con el paso de los años o décadas, el ayuntamiento podrá expropiarlos y convertir esto en el parque de la Sèquia Monar, pero si se conservan los huertos, no se expropiará nada».
Para el portavoz de la Plataforma en defensa de las Hortes de Santa Eugènia, Ivan Bustamante, el ayuntamiento ha engañado a los vecinos de Santa Eugènia dándoles falsas esperanzas de qué algún día tendrán un gran parque cerca de sus casas; «Quizá nunca se lleguen a expropiar estos terrenos porque los agricultores no abandonarán sus tierras, creemos que se está engañando a los vecinos».
Otra cuestión que ha levantado ampollas es la posibilidad de construir a largo plazo una vía de cuatro carriles para conectar el barrio de Domeny y el de Santa Eugènia. CiU, la Plataforma en defensa de les Hortes e incluso el vecino ayuntamiento de Salt han criticado al Gobierno tripartito de Girona por no haber descartado en el plan la construcción de esta infraestructura.
El plan especial de les Hortes de Santa Eugènia también unifica criterios estéticos. Propone que todas las barracas sigan un único modelo, que sean de madera y midan 1,5 x 1,5 metros, y que las vallas que cierran estos terrenos sean idénticas. «Quieren hacerlo demasiado sofisticado y una cosa es un huerto y otra un jardín», se queja Anna Vallbona. Otro agricultor, Jaume Sidera le da la razón: «Quieren poner unos arbustos de un metro de altura para vallar los huertos, pero esto va a ser un desastre porque si viene alguien y da una patada estará dentro del huerto en un momento».
Más flexibilidad
Parte de las alegaciones presentadas por unas 20 entidades y particulares durante el período de exposición pública, que acabó el 15 de junio, van también en este sentido y reclaman más flexibilidad. Con estas peticiones, el ayuntamiento ha decidido suavizar su postura inicial, según ha explicado Feliu: «Estaría bien crear una comisión entre usuarios, plataforma y ayuntamiento para evaluar qué barraca puede quedarse y cuál no, porque a lo mejor hay barracas que no están mal del todo y que podrían conservarse, pero no vamos a aceptar ni vallas hechas con somieres, ni material reciclado».
El plan especial también propone crear huertas municipales de alquiler, recuperar caminos y acequias, que los cultivos sean exclusivos de huerta -quedando excluidos los extensivos o de secano-, que no se utilicen transgénicos y que los hortelanos no tengan animales en sus terrenos. Actualmente pueden verse en estas pequeñas parcelas caballos, ovejas, cabras, gallinas, perros y cerdos. Se baraja la posibilidad de permitir únicamente tener gallinas. El plan también prevé cerrar las huertas durante la noche con vallas para prohibir el paso de vehículos y evitar posibles robos. La policía local se encargará de vigilar este espacio.
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